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  Félix Peña

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  Revista IDEA | Octubre de 1987

Talleres de Precoloquio: Una marcada transición


 

En su exposición el Dr. Félix Peña efectuó un análisis sistémico y con una óptica de largo plazo, de lo que ocurre en el escenario económico internacional desde la perspectiva de las relaciones internacionales.

Afirmó que desde hace 15 años hemos entrado en una marcada transición con cambios profundos y continuos en la relación de fuerzas entre competidores.

Luego de los dos shocks petroleros, a partir de 1980 se producen cuatro shocks adicionales, que arrojan definitivamente al sistema a la etapa de transición.

Ellos son el shock petrolero, el shock financiero, el shock Gorbachov con el aggiornamiento de la Unión Soviética, y el shock oriental, esto es la irrupción de Japón, China y el Sudeste Asiático.

Estos shocks. producen dos impactos: por un lado, la característica de transición negociada o dialogada, en la medida que una transición violenta podría arrojar al sistema a su destrucción final.

Esta transición dialogada abre a su vez dos grandes frentes de negociación: por un lado,el frente negociador de la distribución internacional de los costos del ajuste; por el otro, el frente negociador de la distribución de las oportunidades de comerciar y producir, la rueda Uruguay.

Identificó el problema número uno de la Argentina y Latinoamérica como la acentuada contradicción entre los requerimientos de competir en un sistema internacional en transición, y los requerimientos internos de crecimiento dentro de un marco de un sistema democrático.

Analizó la existencia de dos paralelos de una naciente democracia en . contextos internacionales turbulentos: Italia, Francia y Alemania de posguerra y la Europa del Mediterráneo.

En ellos encontró cuatro elementos para el éxito: la reconversión industrial'y económica, una idea fuerza ligada al continente, la idea de la democracia y la creación de un entorno económico favorable a través de la cooperación internacional.

Finalizó enfatizando los requisitos principales de una transformación exitosa en un contexto democrático. Esto es: el tiempo, y una gran eficacia en la movilización de voluntades, evitando la ideologización del discurso.


Las marchas y contramarchas de la evolución política o económica de la Argentina, dijo el Dr. Peña, deben ser interpretadas teniendo en consideración lo que está pasando y puede llegar a pasar en el escenario económico internacional.

Tanto en lo interno cuanto en lo externo, uno puede hacer un análisis de lo que está ocurriendo sólo desde una perspectiva coyuntural, o bien, tratar de realizar un análisis más sistemático desde una perspectiva de más largo plazo, esto es ver el funcionamiento de un sistema y cómo este sistema está incidiendo sobre la evolución de acontecimientos internos de los distintos protagonistas en la vida del sistema.

Para interpretar este fenómeno de la transición argentina hacia la democracia y el fenómeno de la transición del sistema económico internacional hacia una nueva etapa, es preciso adoptar una perspectiva de más largo plazo, más sistémica.

El tema de la deuda, por ejemplo, admite ser considerado desde la perspectiva del deudor, del gobierno de los países deudores, del sector privado, de los banqueros, y las conclusiones van a ser distintas según la perspectiva de que se parta.

Parece ser que este tema ha sido y es analizado desde el punto de vista del flujo de caja, de la perspectiva de las relaciones internacionales en las cuales lo económico interactúa con lo político. Lo predominante es entender cuál es el mundo que nos está rodeando y qué es lo que está ocurriendo en él.

El miedo a la posibilidad de un colapso, está presente hoy aun en los países industrializados. Desde el punto de vista del sistema económico internacional, desde hace 15 años hemos entrado en una marcada transición en la que se producen continuos cambios en las relaciones de fuerza entre los competidores.

A diferencia del sistema político interno, el sistema internacional tiene una fuerte propensión a la anarquía, dado que es un sistema poco articulado. Parece ser que iniciado un período de transición, los protagonistas no tienen idea de qué es lo que va a emerger de él.

Estados Unidos tenía suficientes recursos de poder como para mantener un orden en lo económico y en lo político. Entre 1970 y principios de 1980, este sistema sufre dos fuertes shocks que lo conmueven. En los años '80 surgen otros cuatro shocks que arrojan definitivamente el sistema a la etapa de transición.

El primer shock fue el petrolero y ahí tiene un claro impacto el fenómeno de la descolonización. Este shock significa que un número chico, pero significativo de protagonistas, de repente, encuentran una masa de recursos de poder que les permite incidir en la definición de las reglas de juego de la competencia in ternacional.

El shock petrolero tiene una reacción de fuerte indisciplina, arbitrariedad, percibida ya desde el punto de vista de los países industrializados. En la economía internacional y en el funcionamiento del sistema político internacional se acentúan las tendencias contestatarias. Esto viene acompañado del problema de Vietnam.

Se produce una reacción que tiene como objetivo restablecer la disciplina en el sistema surgiendo la idea de cambiar el sistema internacional por la Asamblea de las Naciones Unidas. Surge de esta manera en la puja por el poder mundial, una fuerte tendencia a aplicar la lógica de la democratización.

Esto se ve claramente en los años '70, el shock petrolero y la reacción que, en el fondo, es el shock Reagan/Thatcher; es el componente de restablecer disciplinas en el orden internacional.

A partir de 1980, hay otros cuatro shocks que están conmocionando al sistema internacional, cuestionando su capacidad como tal, y poniendo en evidencia la profundidad de los cambios que se avecinan.

Todos estos shocks están interrelacionados, pero el más llamativo es el tecnológico: la irrupción avanzados los años '70, de nuevas tecnologías de producción y organizativas, a nivel micro y macro. Estas nuevas tecnologías llevan a los nuevos 'materiales que tienen gran influencia en el tema de la desvalorización de las materias primas, el deterioro de los términos de intercambio, etcétera.

El segundo shock, muy vinculado al primero,es el financiero. Surge el tema digno de estudiar de la autonomía del sistema financiero internacional producido por este shock. El problema que está en juego no es tanto una transferencia masiva de recursos de los países acreedores a los deudores, sino una transferencia en el mundo industrializado del circuito financiero a la economía real.

El tercer shock es el de Gorbachov: la Unión Soviética decide aggiornarse abriendo una etapa muy marcada de cambio interno. Es evidente que necesita ganar tiempo, producir cambios internos muy graves, y existen serios interrogantes so bre si realmente va a poder producirlos, pero, no hay duda de que los operadores económicos y políticos norteamericanos y europeos, están muy pendientes del factor Gorbachov, por lo que puede significar en los cambios de comportamiento de la Unión Soviética como competidor económico internacional.

El cuarto shock es el que más marcadamente conmociona al sistema, es el shock oriental, que no es Japón sino Japón, China y el Sudeste Asiático.

Los japoneses tomaron la gelanter a en los años '70, y estuvieron en la cresta de la ola del shock tecnológico. Hoy en día Japón empieza a ser el riñón financiero del sistema. Los recursos empiezan a estar decididamente en Japón, como consecuencia de su superávit en la balanza de pagos.

Japón tiene por otro lado, al Sudeste Asiático que le empieza a competir haciendo las mismas cosas pero más baratas. Luego vienen los chinos que están ante cambios impresionantes a punto tal que se dice que nadie que no sea chino o japonés, puede entender lo que está ocurriendo en China o Japón.

Los chinos tienen ya planes muy avanzados para producir drásticos cambios en la economía china en 1990 y a partir del año 2000. Estos planes, por un lado, apuntan a tecnologías organizativas en lo interno y en lo externo, generando una tecnología del sector empresarial del Estado, la formación de cuadros especiales para el manejo empresario y la emergencia de una clase empresaria.

Por otro lado, los chinos toman la decisión de abandonar la idea de ser autosuficientes en granos. Esto nos pone de manifiesto dos cosas. Por un lado, la profundidad de los cambios en China, y por el otro, la importancia que tienen para la Argentina.

El shock oriental cruza por el nuevo rol del Japón. Lo quieran o no, los japoneses tienen que jugar el rol de gran potencia económica.

Estos shocks están produciendo dos impactos: el primero, está dado por la característica de que la transición sea negociada. Más allá de la negociación puede estar la destrucción física, consecuencia de una catástrofe nuclear, que puede hacer que ninguno de los protagonistas que están compitiendo quiera que la irracionalidad empiece a dominar al sistema, en el aspecto Kadafi, Khomeini, etcétera.

Del proceso negociador van a surgir las características del nuevo orden internacional que no tiene que ver con ese aplicado por la resolución de la asam blea.

Desde el punto de vista argentino y desde los demás protagonistas de esta transición negociada que nos puede llevar muchos años, se nos abren dos frentes de negociación.

El flujo de caja lo manejan en función de los grandes frentes negociadores. Si no entendemos esto, no entendemos el complejo problema del manejo de la deuda desde una perspectiva de caja.

Los dos grandes frentes de negociación son, por un lado, lo que podríamos denominar, el frente en que se negocia la distribución internacional de los costos del ajuste de cada economía nacional a las nuevas realidades producidas por la descolonización, el progreso tecnológico, el shock financiero, el shock oriental, etcétera.

Hay un segundo gran frente que es donde se está negociando la distribución de las oportunidades de comerciar y producir en los años '90. Es la rueda Uruguay que está negociando las reglas dé juego del sistema comercial internacional. Estos son los dos grandes frentes negociadores a través de los que se está enhebrando esta transición negociada en el sistema de relaciones económicas internacionales.

El segundo impacto es que todos los protagonistas han captado la necesidad del aggiornamiento. Todo el mundo ahora está embretado en la interdependencia.

Nadie puede desconocerla. Nadie puede marginarse de participar activamente en el sistema. Lo único que hay que hacer es capacitarse para administrar desde el punto de vista de cada competidor esta interdependencia.

Una cosa que en este mundo interdependiente no se puede hacer es que alguien trate de exportar ineficiencia. Esto tiene que ver con que el sistema internacional se ha complicado, existen muchos protagonistas y todos quieren ser activos; los recursos de poder e¡¡tán relativamente distribuidos y el sistema no tolera ineficiencias. Todo esto acelera el shock Gorbachov y el shock oriental.

Acá es donde está el problema número uno que está encarando la Argentina y el resto de los países latinoamericanos. Se trata de la acentuada contradicción entre los requerimientos de competir en un sist.ema internacional de transición, los de negociación en esos frentes, los requerimientos de adaptarse en medio de crisis de las deudas, de desarrollo a los cambios estructurales que se están produciendo, con los requerimientos internos de crecimiento dentro del marco de un sistema democrático.

Aquí se produce la conexión entre lo económico y lo político cuando hay un período democrático. No sólo es cuestión de entender lo que ha pasado sino también de formular ideas que permitan que uno quede mejor parado cuando esta transición termine.

Nos está faltando un modelo. Encontré dos paralelos que son por un lado la experiencia de Italia, Francia y Alemania de posguerra. ¿Qué es lo que encontramos aquí? Que estos países están iniciando un proceso mucho más complicado que el nuestro sobre bases socioculturales y políticas más débiles hacia la democracia.

Hoy encontramos que hay cuatro elementos que se suman para producir el efecto positivo. Primero fue la reconversión industrial y económica de las tres democracias. El segundo, la importancia que desde el punto de vista político interno y externo tiene una idea fuerza como es Europa. Tercero, la idea de que la democracia empieza a estar asociada a la idea de Europa. Finalmente, el cuarto elemento, la creación de un entorno económico favorable, como el plan Marshall que ha impactado a todo el mundo por los recursos.

La segunda situación tiene que ver con Europa mediterránea. Existen aquí los mismos componentes: modernización tecnológica, valoración de la democracia, modernización económica y la cooperación in ternacional.

En América Latina tenemos la aceptación de todo el mundo que hay que transformar la economía. Este tema se presenta con una fuerte carga ideológica haciendo que la pelea se centre en torno a las ideas. En realidad la única manera de competir es a través de la modernización,puesto que si no nos pisan.

Otro elemento positivo que existe en América Latina es la asociación entre la idea de democracia con la idea de América Latina. Todo el tema de la integración tiene más importancia porque ha surgido una idea fuerza que hace que nadie le ponga un sello exógeno, como por ejemplo, FMI, Banco Mundial, etcétera.

N adie viene a un país a traer sus capitales para resolver los problemas cuando la gente de ese país tiene a su vez sus capitales afuera. En esta etapa de transición negociada u~ componente fundamental para continuar en ese camino, es la recanalización del superávit financiero japonés.

Tengamos presente que en la transición negociada, los dos grandes escollos que se siguen percibiendo aparte de los pro blemas internos de las economías industrializadas, siguen siendo el Golfo Pérsico y el comportamiento hepático de los deudores.

Las transformaciones siempre son dolorosas. Significan ajuste. Cuanto más democrático es un sistema, urio llega a la conclusión de que son necesarios por lo menos dos ingredientes: tiempo y una gran eficacia en la tarea de movilización de voluntades. Aquí entra el tema de cómo se venden las transformaciones económicas.

Tengamos mucho cuidado en no confundir análisis de realidad con ideología que lleva al voluntarismo. La desideologización del discurso permite ir más a fondo en el problema mismo e impide que la puja por el poder se haga en términos de ideologías que lleva a que nadie sepa qué es lo que se está discutiendo. Si no es así la gente se va a resistir también a la transformación económica.

El regionalismo no se puede pensar con criterios territoriales geopolíticos. No se puede plantear con criterios teóricos de los años '60 sino que hay que plantearlo en términos de entornas favorables. Cada país de be crear la mayor cantidad posible de ellos y afiliarse a la mayor cantidad de clubes posibles que puedan ser territoriales.

Yo estoy impresionado con la sensatez de nuestra opinión pública. El hecho de que existan tantos indecisos electorales hasta el final, puede ser un signo de madurez. El esfuerzo de modernización que tiene que hacer el país es impresionante. El tema clave es cómo explicar y motivar a la gente haciendo docencia cívica de donde están los problemas.


Félix Peña Director of the Institute of International Trade at the ICBC Foundation. Director of the Masters Degree in International Trade Relations at Tres de Febrero National University (UNTREF). Member of the Executive Committee of the Argentine Council for International Relations (CARI). Member of the Evian Group Brains Trust. More information.

http://www.felixpena.com.ar | info@felixpena.com.ar


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